No es una coincidencia que las primeras lecciones enseñadas por el Maestro Jesús sean cómo resistir las tentaciones provocadas por satanás. Esto no quiere decir que todas las tentaciones provengan del diablo. De hecho, las Escrituras enseñan que la mayoría de las tentaciones que encontramos hoy en realidad provienen de las obras de nuestra propia carne [Gálatas 5:19] , por las cuales culpamos a satanás y, a veces, incluso a Dios [Santiago 1:13]. . Cuando Cristo vino como hombre para morar entre los hombres, experimentó las mismas pruebas y tentaciones comunes a los hombres, y tuvo la bondad de usar esas experiencias como poderosas lecciones de enseñanza para nosotros mientras vivimos en un mundo pecaminoso. Vamos a examinar las tentaciones comunes a los hombres descritas en este texto, cómo satanás capitaliza las tentaciones y qué enseñó el Maestro Jesús sobre cómo vencerlas.

Tentación 1: Hambre Física [Mateo 4: 2-4]
“Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre. Y cuando se le acercó el tentador, le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. [Mateo 4:3] . Como hombre, Jesucristo tuvo hambre después de ayunar durante 40 días y 40 noches. Satanás rápidamente se aprovechó de esto aplicando su vieja estrategia de usar la Palabra o las promesas de Dios fuera de contexto. Esta estrategia es muy importante para satanás porque sabe que las personas religiosas son engañadas más fácilmente cuando se menciona “Dios”, se cita la Palabra de Dios (incluso si está fuera de contexto), o se usa la apariencia de cualquier cosa que suene piadosa. en cualquier situación. Sabe que los incautos y los crédulos lo creerán y no prestarán especial atención a los detalles, al contexto o a cómo se aplica a ellos o a sus situaciones. Es la misma estrategia que satanás usó con Eva en el jardín del Edén [Génesis 3: 4-5] . Hoy en día, satanás probablemente no le dirá lo mismo a nadie que tenga hambre, pero encontrará una justificación, una promesa de Dios o una cita piadosa para que vayan a robar, asaltar o incluso matar para saciar su hambre. Cristo respondió diciendo que:
“Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
[Mateo 4:4] . La lección aquí es que Jesucristo usó la Palabra de Dios verdadera, actual y no adulterada para vencer la cita mentirosa y diluida de satanás.